"Quinceañera" : jóvenes latinos, embarazo no deseado, homosexualidad y reggaeton Película ganadora los premios del Público y del Jurado en el Festival de Sundance 2006 |
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Richard Glatzer y Wash Westmoreland directores y guionistas del filme son una pareja gay que en 2001 produjo "The Fluffer". Esta vez nos muestran la realidad de los jóvenes latinos y sus familias, en lo que han llamado "un drama inglés a ritmo de reggaetón." Una película exitosa "Quinceañera" ganó los premios del Público y del Jurado en el prestigioso festival de cine independiente de Sundance, y desde entonces , ha sido aclamada en otros certámenes internacionales. En la primera semana de agosto, se estrena en Estados Unidos y, en pocas semanas más, en todo el mundo. En "Quinceañera", Richard Glatzer y Wash Westmoreland
relatan la historia de Magdalena, una muchacha que queda embarazada poco
antes de su "quinceañero", la típica fiesta que sirve como presentación
en sociedad de las jovencitas
latinas . Por haber avergonzado a la familia y por mentir
(Magdalena le dice a su padre que no tuvo sexo con su novio), Magdalena
es expulsada de su casa. La niña termina en casa de su Tío Tomás, un
viejito con corazón de oro, que vende champurrado por las calles de la
metrópolis.
Hablan los protagonistas Por su parte, Jesse García encontró en su personaje
de Carlos un amplio rango de colores. “Este papel rompe todos los
estereotipos”, dice García. “Nunca antes se ha visto a un
cholo gay en
la televisión o en el cine”, dice el joven actor, quien describe su
apariencia en la vida real como “un 'look' más alternativo” a
comparación de la típica imagen de los muchachos latinos. Y los directores Su contacto con el mundo juvenil latino les abrió a Glatzer y Westmoreland las puertas de un mundo que desconocían. Por ejemplo, Glatzer reconoce: "No sabíamos nada sobre el reggaetón. Celebramos una fiesta en nuestra casa para señalar el inicio del rodaje. Los jóvenes se encargaron de la música y eligieron reggaetón. Y bailaban a su son, y los padres miraban. Y nosotros también". "Era algo que nunca habíamos visto con anterioridad. Lo pusimos en la película porque consideramos que la música debía ser la que los personajes escucharían en la vida real". La idea del filme les vino cuando fueron invitados para grabar la quinceañera de una vecina. A Glatzer le sorprendió "la solemnidad de la celebración en la iglesia, y luego el contraste en la recepción, que fue una locura". Además de Magdalena y Carlos, hay una pareja protagonista en "Quinceañera" que representa la nueva ola de residentes en Echo Park. Se trata de dos homosexuales blancos que encarnan a dos de los personajes menos agradables del filme. Glatzer y Westmoreland —que son pareja— también se mudaron a dicho barrio tras vivir por años en el oeste de Los Ángeles. La reacción de sus vecinos fue algo que "nos preocupó desde el principio", reconoce Westmoreland. A Glatzer el comentario de uno de ellos lo dejó con la boca abierta. "Al presentarnos nos dijo: ‘Estoy tan contento que por fin los blancos vengan aquí’. A mí eso me ofendió, porque no entendí la razón por la que dijo eso". Por lo que respecta a la pareja gay del filme, Westmoreland advierte que "nunca quisimos que ‘blanco’ equivaliera a ‘malo’ y ‘latino’ fuera ‘bueno’". "Lo que quisimos retratar es el conflicto dentro de una familia latina, su relación con la comunidad y la llegada de gente nueva al barrio. La pareja gay en el filme representa lo que realmente está sucediendo en el vecindario. No creo que sean personajes diabólicos, sólo están limitados por su punto de vista". "Hay muchas motivaciones detrás de su comportamiento", interviene Glatzer. "Por lo que creo que son algo más tridimensionales y menos cliché de lo que aparentan. Lo mismo que los padres de Carlos y Magdalena. No son villanos, pero tampoco son personajes agradables —ellos son los que echan a sus hijos de su casa—. Así que no sólo tenemos una pareja que es la fuente de todos los problemas en la película". Quinceañera fue filmada en mayo de 2005 en tan sólo 18 días y con un presupuesto de 400 mil dólares. Un año y tres meses después, Glatzer, natural de Queens, y Westmoreland, nacido en Leeds (Inglaterra), están sentados en un sofá de un prestigioso hotel de Beverly Hills, atendiendo a la prensa nacional en una gira que les llevará alrededor del país. Su reacción ante la recepción del filme allá donde se ha exhibido los ha dejado "sorprendidos y agotados", comenta Glatzer, de 44 años. Westmoreland continúa asegurando: "La realidad es que hacer una película no es fácil. Uno puede tardar años en filmarla y más años en exhibirla. Es por ello que, ahora mismo, no podemos creer lo que nos está sucediendo". "Hicimos esta pequeña película con actores desconocidos de nuestro barrio… Y la reacción en Sundance fue increíble. Ahora va a ser estrenada, no sólo en Estados Unidos, sino también alrededor del mundo. Es un sueño hecho realidad", comenta el cineasta inglés de 40 años. Filmar en tan sólo 18 días resultó un auténtico desafío. "Fue ambicioso", describe Glatzer. El secreto, según su compañero, fue "el lenguaje de la película, que nos permitió rodarla rápidamente. Pero también nos permitió ser creativos. No utilizamos grúas o nada por el estilo, y todo fue filmado con la cámara al hombro". "Pero aun así pudimos diseñar los planos, seguir el story board paso a paso. De este modo, los límites que nos impusimos fueron los que nos permitieron ser más creativos". La experiencia previa en el mundo del entretenimiento de ambos directores es de lo más variada. Glatzer trabajó en programas como The Osbournes y America’s Next Model, mientras que Westmoreland dirigió el documental Gay Republicans, además de dedicar cuatro años al rodaje de películas pornográficas, un período que él describe como "mi época azul". Su inspiración para Quinceañera cabe encontrarla en "los dramas ingleses de los años 60, sobre gente normal y corriente. Eran historias ambientadas en el Londres de la época", explica West-moreland. "Así que, teniendo claro que no íbamos a hacer un drama de ese estilo en Inglaterra, porque sería repetitivo, aprovechamos ese modelo y lo trasladamos a Echo Park. El resultado es una historia fresca y nueva en apariencia. Se podría decir que es un drama inglés con reggaetón". El estreno del largometraje en Estados Unidos les causa cierta ansiedad. "Esta mañana estaba pensando en la taquilla", reconoce Glatzer. "Me decía a mí mismo que ojalá recaudara mucho dinero, pero luego me detuve y pensé que nosotros ya lo hemos dado todo por nuestra parte. La película está hecha y lo que va a suceder ahora está fuera de nuestro alcance. Por supuesto, ojalá sea un éxito, pero es algo que no podemos controlar". Westmoreland concluye: "Para nosotros la película ya ha sido un éxito, sin tener siquiera en cuenta la taquilla".
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